La
Crónica. El Ministerio de Cultura, a través de la Dirección General de
Arqueología Inmueble, inició esta mañana los trabajos preliminares para colocar
hitos y señalizar la Fortaleza de Campoy, en el distrito de San Juan de
Lurigancho, como primer paso para elaborar y poner en práctica un proyecto de
puesta en uso social del monumento.
La
entidad rectora de Cultura logró el viernes último retirar de manera pacífica
-con el apoyo de la fuerza pública-, a 134 familias que estaban asentadas
irregularmente sobre el monumento desde agosto de 1998.
La
Fortaleza posee una extensión de 12.7 hectáreas y un plano de delimitación.
Esto último permitirá colocar los hitos y los paneles de señalización. El
número de hitos que se colocarán corresponde al número de vértices establecidos
en el plano de delimitación. Asimismo, se colocarán entre dos y tres paneles de
señalización en el área recuperada.
El
sitio
La
Fortaleza de Campoy es un conjunto arquitectónico del Intermedio Tardío. Fue la
sede de uno de los centros administrativos del curacazgo de Lurigancho o
Ruricancho, que obedecía al Señorío Ichma (hacia 1000 d.C. a 1470 d.C.) y
ocupaba los valles del Rímac y Lurín.
Su capital se hallaba en Mangomarca y
Pachacamac fue su mayor centro ceremonial. En 1998 fue declarado Patrimonio
Cultural de la Nación mediante la Resolución Directoral Nacional Nº 227-INC del
11 de agosto del mismo año.
Se
le denomina fortaleza debido a sus paredes perimétricas de doble muro de tapial
que, vistas desde la parte baja del valle, destacan por su altura. Dentro de
sus altos muros vivía la elite dominante, quienes gozaban de la vista
panorámica de gran parte del valle y ocupaban recintos de planta trapezoidal.
Esta era una ubicación muy estratégica para cuidar y proteger el cercano centro
ceremonial de Mangomarca, con el cual se comunicaba por un camino que rodea los
cerros aledaños.
El
tipo de construcción es similar a otros del mismo periodo en la costa central.
La técnica del tapial consistía en la construcción de grandes e imponentes
muros a base de una mezcla de piedras y barro, semejante a la moderna técnica
del vaciado de concreto.
Campoy es el único caso que presenta tapiales dobles,
que probablemente servían para dar sostenimiento a los muros más altos y de
esta manera hacerlos resistentes a los movimientos sísmicos. En sus
construcciones se empleó también la técnica mixta de piedras y barro.
LC/Andina
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