La
Crónica. La historia bíblica de Caín y Abel se repitió en San Juan de
Lurigancho, cuando Jaime Valverde Valverde, de 56 años, empleado de una empresa
de seguridad, asesinó de un balazo en la cabeza a su hermano mayor porque
golpeó a su hijo, tras discutir por un plato de comida.
El
pleito se inició a las 11 de la mañana en la calle Los Rubíes 1974, de la
asociación de vivienda ‘San Hilarión’, cuando Luis Valverde Vílchez (19)
preparaba el almuerzo y, de pronto, su tío Adolfo Enrique Valverde
Valverde (58) ingresó a la cocina y se sirvió un plato de comida.
El
joven le llamó la atención al hermano de su papá porque aún faltaba alrededor
de una hora para servir el almuerzo que había preparado para toda la familia.
El
hombre se molestó y le dio varias bofetadas al muchacho, quien llamó a
gritos a su progenitor para que lo defienda del tío agresor.
Enseguida Jaime Valverde salió de su cuarto y enfrentó a su hermano, con quien se agarró
a golpes, pero el otro, fuera de sí, cogió un cuchillo y persiguió por toda la
casa a padre e hijo.
Desesperados,
ambos llegaron a meterse a su cuarto, donde el agente de seguridad cogió su
arma para defenderse de su hermano, quien parecía dispuesto a todo y seguía con
el cuchillo en la mano.
“Adolfo,
con el arma blanca llegó, a violentar la puerta y se abalanzó contra su hermano
Jaime, quien le disparó en la pierna. Pero esto no lo amilanó e infirió
una herida en el pecho a su rival, quien nuevamente le disparó un tiro en la
cabeza”, contó un efectivo policial que recogió la versión del vigilante, que
llamó a los detectives y fue detenido en la vivienda.
LC/Trome
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