domingo, 12 de junio de 2016

Nokanchi Kanchu: una semana de arte y cultura en la I.E. Nº 1147 Virgen del Carmen


Siempre es la feliz ocurrencia de la que hablaba Yupanqui cuando se refería a la poesía. Capturar la belleza que se viste de palabras, el arte que se manifiesta a través del corazón porque la vida misma siempre es un arte. Por eso cantamos lo que cantamos. Por eso nos gusta una canción de Ginamaría, un párrafo de Gibrán, las manos de Guayasamin. Nos reúne el arte a través de una ocurrencia de Jorge Guillén, quien siendo director de la I.E. Nº 1147 “Virgen del Carmen”, de Zárate, decidió incluir en los estrechos horarios de clase, dos horas diarias y por cinco días (desde el lunes 6 hasta el viernes 10 de junio), un variado y nutritivo programa de actividades culturales para los alumnos de secundaria. Porque el arte, siendo alimento del espíritu, nos despierta a la vida que nos rodea, entonces ya no solo hacemos poesía sino que nuestra vida se vuelve la poesía misma. Porque no solo de pan vive el hombre. Entonces los profesores se pusieron de acuerdo; hicieron pancartas, periódicos murales, afiches enormes anunciando el evento. Nokanchi Kanchu (Nosotros Somos) tenía el encargo de la fiesta. Y ocurrió de la mano de cada uno de sus hermanos artistas. La poesía que aguardaba en el corazón de los jóvenes estudiantes brotó por sí misma. Y mientras se oía un cuento de la profesora Alida Chauca, varios alumnos se acercaban con temor pero decididos; querían leer lo que habían escrito. Por supuesto que lo hicieron. Hubo hasta un poema al balón, un break dance improvisado, un sociodrama. El programa ya ha iniciado y la quena de Luis Tipula se hace melodía, alguien nos alcanza un café, Betty Ramos declama, de pronto la expectativa desborda y los estudiantes cantan con Elcira Bustillos, le hacen coros al charro Daniel Sulca, disfrutan una canción de Ofelia Salazar y festejan las décimas del talentoso Andrés Rafaele. Día a día el espectáculo crece, la fiesta se llena de más público, se unen padres de familia y más profesores. La cultura como ejercicio intelectual para el bien, está muy claro. Por eso Edmundo Panay nos habla del significado de San Juan de Lurigancho, de los antiguos ruricancho y de las líneas de Canto Grande. Pedro Lovatón Sarco hace lo suyo motivando a los estudiantes a escribir, a generar ellos mismos el arte que llevan dentro. Isaac Soto hace poemas en quechua y Ana Chuquimango nos regala otro cuento. Cinco días de maravillosa participación, un reto y una satisfacción a la vez porque el colegio Virgen del Carmen está próximo a realizar sus Juegos Florales 2016, y nosotros hemos querido ser ese feliz preámbulo que los invite a ser partícipes de ello. Es la hermosa contribución de Marylin Doria Guzmán quien cautivó a todos, especialmente a las damas, con su danza clásica china y la versión del Cóndor Pasa. Fueron cinco días de fiesta con Walter Calvo y su Proyecto Caja de Agua (teatro); con Arturo Vásquez Escobar y su ponencia magistral recordándonos a todos las raíces andinas que nos pertenecen sin distinción ni clases, y cerrando su participación con la mejor interpretación del Canto a Hurin Huancho, ese poema épico de Edmundo Panay que encierra la historia de este distrito. Cerramos la semana con el dúo Sentimientos Urbanos, de César Ramírez y Edson Ermitaño Cuba, ambos desbordaron su talento improvisando letras y mensajes de paz con los estudiantes quienes colmaron el patio y festejaron esta clausura. Y es que del buen tesoro del corazón el hombre bueno saca cosas buenas… Estamos seguros que en el buen tesoro del director y los profesores del colegio Virgen del Carmen el arte no hará sino contribuir a que los alumnos descubran la belleza que llevan dentro, entonces el corazón se manifestará en su propio lenguaje y ocurrirá que cada uno hará de su vida la poesía personal que tanta falta hace en el mundo.

LC/EQM


lunes, 2 de mayo de 2016

Nokanchi Kanchu: una nueva fiesta en el arte

Decía Tagore; “Tengo mi propia versión del optimismo. Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o haré otra puerta. Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente”. Eso nos sucede. Nokanchi Kanchu (Nosotros Somos) siempre busca una puerta para que todos los que amamos el arte encontremos, a pesar de las dificultades, un espacio de cultura, que más que una moda, sea un ejercicio intelectual del ser humano que vive y piensa, y que es capaz de cultivar su talento en distintas expresiones. Ese es el talento que rescatamos, que buscamos se oiga y se exprese en miles de voces. Cantar porque el canto alimenta el espíritu, porque cuando los hombres se juntan para cantar siempre son más felices. Escribir porque la palabra escrita nos abre el pensamiento, nos hermana, por lo tanto somos una familia donde el amor –amor universal no el pasional que todo mundo confunde- nos ilumina y el arte nos va dando la forma. Por eso disfrutamos de los huaynos de Elcira Bustillos cantando a coro con el auditorio; una décima de Antonio Silva quien vino desde Chancay sólo para compartir con nosotros su buena memoria y la picardía personal con la que rima sus versos. Es arte y un lujo escuchar a Juan Flores Arrascue, improvisando, componiendo la belleza, fabricando las palabras que nos detiene a pensar. Por eso escuchamos los versos de Orlando Ordóñez, de Alida Chauca, de José la Chira e Inés Luna, las rancheras del charro Daniel Sulca, la balada de Luis Alberto Calle, la quena de Luis Tipula, la canción de Dolly RayCris, de Ofelia Salazar, “Takanamanta” cantando “Te recuerdo Amanda”. La noche del sábado fue especial porque fue el homenaje a Pedro Lovatón Sarco, un intelectual que además de ser vecino de San Juan de Lurigancho, es una persona que contribuye al desarrollo cultural del distrito. Con enorme humildad creemos que es el camino correcto. No es distracción sino arte porque crecemos como personas, porque siempre aprendemos algo nuevo del otro. A eso se refería Vinicius de Moraes cuando decía que la vida era el arte del encuentro... Un buen día Guillermo Silva va a comprar el diario a la esquina de su casa y el diarista que conocía su trabajo como escritor de cuentos le presenta al poeta Carlos Mejía. Así llegó Guillermo a Nokanchi. Es como un padre al que la sabiduría le enseña a extender la mesa para sentarse todos juntos a compartir y agradecer por esa mesa. Guillermo Silva, autor del libro “Por un millón de amigos”, se ganó el premio “Fraternidad Nokanchi 2016”. 
Fuimos felices con entregárselo. Y por supuesto no podríamos olvidar la presentación de libro “El silencio nos habla”, del conferencista Pablo Tarrillo Purizaca. Es una obra especial que nos habla de lo que pocos hablamos. Existe una riqueza interior que guarda el ser humano cuando deja de ser el hombre abrumado por la rutina, por esa cronología impuesta que no le pertenece porque el hombre debería despertarse con la naturaleza y no con el reloj. Nos habla del silencio no de la mudez, sino de la conciencia que se comunica con uno; esa es la voz del corazón. Por eso el libro nos habla de Dios. Dicen los chinos que cuando te asalte el deseo de tener más cosas, detente. Y es cierto porque solo en el silencio está la meditación y la paz que tanto buscamos. 
Sí, fue especial  la noche del sábado, y lo fue por la calidad de los invitados y el buen gusto de los presentes de quienes siempre estamos agradecidos.


SJL/EQM